lunes, 11 de abril de 2011

Siete

SOÑAR

-No puedes hablar con alguien como lo has hecho hasta ahora. Y aunque pudiésemos no debemos.-Me explicó Tarik.-Pero sí que hay algunas formas de comunicarse con los vivos que no son dañinas para ellos, si tenemos cuidado.

Cada palabra me parecía un rayo de esperanza. Caminábamos juntos, pero él dejaba que le yo le indicase el camino. Íbamos a casa de Dani.

No podía evitar ir acelerando el paso, y me tenía que parar cada poco para esperarle.

-Clara, no es cuestión de tiempo. Trata de relajarte.

-¿No podemos darnos prisa?

-¡Me estás poniendo de los nervios!-Suspiré y me esforcé en caminar a un ritmo que me parecía absurdamente lento.

-¿Y como funciona?

-Ahora lo verás.

-Estamos llegando.-Señalé su portal con un hormigueo en el estómago.-Ahí vive Dani.

Tarik asintió. Siguiendo la costumbre fui hacia la puerta y me estaba preguntando como abrirla cuando Tarik me cogió de la mano, tiró de mí y la atravesamos sin más.

-Podría acostumbrarme a esto.-Bromeé.

Subimos las escaleras. Me exasperaba el paso lento y tranquilo de mi mentor. Por fin llegamos a su casa y traspasamos la puerta. Escuché unos murmullos apagados que llegaban de la cocina.

-Quizá debamos buscar un psicólogo.

-Puede ser…

Las palabras de sus padres consiguieron que se me formase un nudo en la garganta. Me apresuré a llegar a la habitación de Dani. Los recuerdos me asaltaron. ¿Cuántas tardes había pasado en ese escritorio haciendo trabajos? ¿Cuántas horas habíamos gastado sobre su cama hablando de música, de amigos, del futuro que para mí ya nunca llegaría?

Dani estaba tumbado en su cama de lado. Tenía la ropa puesta y lloraba en silencio. Noté el brazo de Tarik sobre mis hombros, tratando de consolarme.

-¿Y ahora?

-Esperamos.

-¿Cuánto tiempo?

-Hasta que se quede dormido.

No nos sentamos. No nos hizo falta, aunque Dani tardó horas en quedarse dormido no nos cansamos, ni lo más mínimo. Ventajas de no tener un cuerpo tangible, supongo. Cuando la respiración de Dani se hizo más profunda y tranquila Tarik me soltó.

-Ahora. Túmbate a su lado.

-¿Qué vas a hacer?

-Voy ha meterte en su sueño.

-Creía que no podemos dormir.

-En condiciones normales no. Pero sí podemos meternos en los sueños de alguien, incluso manipularlos.

-¿Y cuando despierte él lo recordará?

-Puede que no, pero el mensaje que le des lo recibirá consciente o inconscientemente. Si alguien puede hacer que deje de sentirse culpable eres tú.

Me tumbé al lado de Dani. Puse mi mano sobre la suya. La acaricié. Cerré los ojos.

-Estoy lista.

La mano de Tarik se posó sobre mi frente. Empiecé a marearme, pero era un mareo agradable y me dejé llevar.

***

El viento me golpeaba con fuerza en la cara. Con tanta fuerza que me costó abrir los ojos. Estaba en la cima de algún rascacielos imposiblemente alto. A lo lejos, muy abajo, se veía la ciudad. El vértigo hizo que me estremeciera.

Me giré. Dani estaba de espaldas a mí, en el otro extremo del edificio con los brazos extendidos, como un águila. A punto de saltar.

-¡No!-Grité.

El viento se llevó mis palabras. Corrí hacia él y llegué justo cuando estaba tomando impulso para el salto. Mis brazos rodearon su pecho. Apoyé mi mejilla en su espalda.

-No.-Susurré.

Noté como tiembla entre mis brazos. Sus manos acariciaron mi piel.

-No puedo vivir sabiendo que por mi culpa…

-No ha sido tu culpa.

-Me da lo mismo.-Se giró hacia mí.

Yo no separé los brazos así que quedamos frente a frente, abrazados. El viento enredaba nuestro pelo. Yo me perdí en la tristeza de sus ojos.

-No puedo vivir en un mundo en el que tú ya no estés.

Sentí como se me encogía el alma. Sólo entonces comprendí lo que él había sentido siempre por mí. Me quedé muy quieta mientras él, lentamente, se inclinaba sobre mí y me besaba. Sus labios me provocaron un cosquilleo que me recorrió todo el cuerpo y se convirtió en fuego en mi pecho. No quería que el beso acabara nunca.

Cuando nuestros labios se separaron él me abrazó más fuerte. Yo apoyé mi cabeza en su pecho. Confusa. Aturdida. Perdida. Triste. Sorprendida…

-Quiero estar contigo.

-Te prometo que seguiré contigo. Si tu me prometes seguir con tu vida.-Mi voz esta ronca, pero firme. Me enfrento a la tristeza de sus ojos.-Pero si no vives, me perderás para siempre.

-Te quiero, Clara. Te amo.

-Entonces sé feliz. Así me harás feliz.

El viento sopla con más fuerza. Noto como los dos empezamos a deshacernos, como si fuésemos dos esculturas de arena. Me besa de nuevo. Sabe a sal, a mar, a lágrimas.

-Hasta siempre…-Le susurro al oído antes de que el viento nos lleve.

5 comentarios:

  1. Querida madrina, tengo que decirte que eres genial *-* De verdad, tienes una forma de escribir absolutamente increible!
    Si quieres puedo ser tu representante, para cuando seas una escritora famosa =D
    PD: quiero más de la historia del infierno, adórola~ ^-^
    Besus!

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  2. me encanta *.* Sigues asi uapa escribe el proximo pronto

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  3. q istoria tan bonita!! en serio escribes super bien :)t sigo! 1 besito!

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  4. Madre mía, me encanta! <3
    Escribes de una forma tan agradable que da gusto leer tu historia!
    Besos, Elenna

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  5. ¡Muchísimas gracias a vosotras por leerla! El siguiente capítulo es un poco más suave, espero que no os decepcione!

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